Los depósitos a plazo fijo, alternativa para buscar rentabilidad a los ahorros
Uno de los productos financieros que puede entrar en juego en la gestión de sus finanzas personales son los depósitos bancarios. Estos productos, que son uno de los más populares entre los ofrecidos por las entidades bancarias, tienen diferentes modalidades, como por ejemplo, los depósitos a plazo fijo. Explicamos qué son los depósitos, qué tipos existen, cuál es su tributación, y sus ventajas y desventajas.
Los depósitos bancarios son productos de ahorro que se contratan con una entidad financiera o bancaria y en los que el titular hace aportes financieros bajo ciertas condiciones. Es importante prestar atención a ciertos aspectos de estos productos, como el plazo y los intereses, que detallaremos a continuación. Estos elementos son fundamentales para la banca tradicional, ya que sin ellos, las entidades no tendrían la capacidad de prestar dinero a otros clientes y realizar diversas operaciones. En este sentido, a la hora de contratar depósitos remunerados conviene optar por entidades de reconocida solvencia y que no tengan problemas de morosidad.
¿Cómo funcionan los depósitos bancarios?
Los depósitos bancarios pueden funcionar de manera similar a los préstamos, aunque en sentido inverso: el cliente sería el prestamista y la entidad bancaria sería el prestatario o quien recibe el dinero del crédito. En otras palabras, el titular del depósito aporta una cantidad de dinero al banco en función de las condiciones pactadas y, pasado el tiempo establecido, el banco devuelve el dinero junto con los intereses acordados.
Tributación de los depósitos
Con respecto a la tributación por las ganancias, cabe destacar que se realiza desde el primer euro y con unos porcentajes que varían —y se aplican— según tramos, desde el 19 al 28%. Corresponde tributar por los rendimientos de capital en el momento de recibir el ingreso en cuenta de los intereses. Las entidades bancarias suelen hacer la retención de las cantidades, que van a parar a Hacienda en el caso de las entidades españolas. En la posterior declaración se ajustará el pago por las ganancias recibidas.
Tipos de depósitos
Depósitos a la vista
Conocidos también como cuentas remuneradas. Estos depósitos son flexibles porque permiten al cliente retirar parte o todo el dinero antes de tiempo, si así lo necesita, sin esperas y sin tener que enfrentar ninguna penalización.
Los depósitos a la vista tienen otras ventajas además de permitir disponer del dinero cuando se necesite:
-No es necesario notificar a la entidad financiera sobre el uso del dinero.
-Normalmente, no se cobran comisiones, pero en ocasiones es necesario pagarlas.
-Se pueden vincular con tarjetas de crédito o débito bancarios.
Depósitos a plazo
Con los depósitos a plazo, el cliente tiene la opción de mantener una cantidad de dinero en la entidad durante un período de tiempo específico a través de este producto. Al final del plazo, se devuelve al usuario la suma total y los intereses establecidos en el contrato del producto. Es posible recibir dichos intereses de manera mensual, trimestral o anual, o cuando finalice el plazo del depósito. Si este está a punto de terminar, se puede renovar o terminar el producto, según las opciones contractuales del producto.
Puede optar por una tasa fija en la que la tasa de interés no cambia hasta el final del plazo del depósito, o por una tasa variable en la que la tasa de interés se deriva de una diferencia entre el tipo de mercado y un diferencial, como Euribor +0,50%. La desventaja de esta última opción es que no se conoce con exactitud la rentabilidad, que siempre estará en función de la evolución del tipo de referencia.
Depósitos Mixtos
Los depósitos mixtos combinan características de los depósitos a la vista y los depósitos a plazo. Permiten a los titulares de la cuenta acceder a una parte de sus fondos de manera inmediata (como en los depósitos a la vista), mientras que el resto del dinero se mantiene a plazo fijo, generando intereses a una tasa más favorable. Esta estructura ofrece una mezcla de liquidez y oportunidad de inversión, haciéndolos atractivos para quienes buscan equilibrar el acceso inmediato a sus fondos con el deseo de obtener rendimientos.
Otra opción de depósitos mixtos o combinados son aquellos en los que un porcentaje del dinero depositado queda a plazo fijo, con interés pactado, mientras que la otra parte se destina a otro tipo de inversión, como puede ser la gestión discrecional de carteras, con la rentabilidad a que dé lugar esa gestión.
Depósitos con remuneración en especie
Estos depósitos ofrecen una compensación en especie, en lugar de intereses en metálico para atraer clientes. Esos ‘regalos’ pueden ser por ejemplo, un robot de cocina, un televisor, una videoconsola, una vajilla o cualquier otro bien material que se incluya en la promoción.
El depositante se compromete a mantenerlo durante el plazo establecido en el contrato con este tipo de depósito. Si optara por liberarlo de inmediato, deberá pagar una penalización que suele ser equivalente al valor del regalo.
Es importante destacar que la ganancia de la remuneración en especie está sujeta a impuestos, por lo que debe declararse en la declaración de renta.
Depósitos estructurados
Son productos más complejos que requieren una comprensión financiera específica debido a que están relacionados con la evolución de activos financieros, como acciones o índices bursátiles. El dinero invertido y la rentabilidad se recuperan al final del plazo. Al contrario de otros tipos de depósitos, si se cancela antes de tiempo, puede haber comisiones a cargo.
Es un producto destinado a inversores que buscan una mayor rentabilidad que los depósitos a plazo fijo y están dispuestos a asumir un mayor riesgo. Se recomienda obtener asesoramiento antes de contratar un producto más complejo.
En resumen, los depósitos bancarios son productos financieros de ahorro en los que el titular realiza una aportación y, pasado el plazo determinado en el contrato, recibe de la entidad ese importe unido a los intereses generados. Disponibilidad, rentabilidad y riesgo de los depósitos varían, teniendo en cuenta que la cantidad y el plazo aumentarán los rendimientos. Aunque no suelen ofrecer rentabilidades muy altas, son productos seguros y sencillos.