Acompañamiento, o cómo contar con la ayuda de un asesor financiero experto para acertar en las decisiones
¿Qué tipo de hipoteca conviene más? ¿Cómo reorganizar una cartera de inversión de cara a la bajada de tipos? ¿A qué edad conviene iniciar el ahorro para la jubilación? ¿Cómo domiciliar la primera nómina y qué ventajas tiene? Son preguntas que cualquiera puede hacerse en diferentes etapas de la vida, y para las que, en muchas ocasiones, conviene contar con un asesor financiero que ayude a una adecuada planificación.
Acertar con las decisiones relativas a las finanzas personales, familiares o de la empresa requiere de información, conocimiento y experiencia, tanto para las operaciones más sencillas como, especialmente, para otros proyectos más complejos sobre ahorro, inversión, financiación, aseguramiento o gestión del patrimonio. La intervención de un asesor financiero o del asesoramiento experto o acompañamiento que facilitan algunas entidades bancarias se convierte en una palanca que puede dar un impulso a nuestras finanzas, gracias a una relación de mutuo conocimiento, prudencia y confianza.
¿Por qué es conveniente el asesoramiento financiero para particulares y empresas?
El asesoramiento financiero es mucho más que una simple recomendación a la hora de optar por un producto o solución financiera u otra alternativa. El concepto de acompañamiento que se podría aplicar en esa relación —tanto para particulares como autónomos o empresas— se basa en el conocimiento, por parte del profesional o del equipo de la entidad financiera, de las necesidades y circunstancias del cliente. Con esa información previa, se pueden establecer los primeros objetivos, así como una hora de ruta —con propuesta de soluciones— para ir alcanzándolos. Establecer el perfil de riesgo es vital, para asegurar que los siguientes pasos vayan en la dirección de no exponerse innecesariamente.
Esta es una de las bases sobre las que el asesor o gestor personal trabaja con el cliente para fortalecer una cultura financiera. Otros principios básicos son la diversificación y la acotación de expectativas acordes a los objetivos y riesgos. Por otra parte, el asesoramiento experto está basado en conocimientos y experiencia en este ámbito, así como un acceso a información de calidad, que ayuda a tomar buenas decisiones.
Asesoramiento y aprendizaje en todas las etapas vitales
Si hay una etapa en la que es importante el asesoramiento financiero, es la de la juventud, cuando se empieza a tener contacto con el mundo de las finanzas y se pueden desarrollar los hábitos saludables que permitirán orientar la economía personal o familiar, como la elaboración de un presupuesto real de gastos e ingresos, el ahorro periódico, adquisición de deudas de forma medida y prudente, las primeras inversiones de acuerdo a objetivos, o el conveniente aseguramiento que permita hacer frente a imprevistos o contingencias.
En este sentido, cabe citar algunas de las principales operaciones que se suelen hacer, que es la compra de vivienda. Para ello, además de un ahorro previo, puede ser clave la información y asesoramiento sobre cómo elegir la mejor hipoteca, según el contexto del mercado inmobiliario y de los tipos de interés, así como de las circunstancias personales o familiares.
En etapas más avanzadas, el asesoramiento y acompañamiento financiero puede ayudar a ir optimizando esas primeras decisiones de ahorro o inversión, así como al establecimiento de nuevos objetivos o la planificación de la etapa de jubilación.
Asesoramiento para la empresa
La importancia del asesoramiento financiero particular también es extensible a la actividad profesional y empresarial. En estos casos, más aún, ya que la operativa y las diferentes soluciones para cada supuesto pueden ser más complejas: desde el asesoramiento para tesorería o financiación de autónomos y pymes, hasta el asesoramiento corporativo para financiación alternativa de empresas o introducción en los mercados.
Un paso más allá del asesoramiento: la gestión delegada
La gestión delegada es otra opción que se beneficia enormemente del asesoramiento financiero. Al delegar la gestión de sus inversiones a profesionales, los clientes pueden aprovechar la experiencia y el conocimiento especializado de estos expertos, lo que puede resultar en una mejor adaptación de las estrategias de inversión a las condiciones cambiantes del mercado y a los perfiles de riesgo individuales.
La gestión delegada, aparte de la profesionalidad y experiencia que ofrece la entidad a la que se concede el mandato, ofrece como ventajas el ahorro de tiempo para el cliente, una mayor proactividad por parte del gestor o de su equipo, diversificación para minimizar riesgos, mayor acceso a productos y soluciones de inversión, y un servicio de reportes periódicos con total transparencia.
