Estrategias financieras para pequeños inversores
El pequeño inversor puede, al igual que el institucional o el medio, desarrollar diferentes tácticas y estrategias que se adapten a sus particularidades y preferencias, para lograr con ello beneficios interesantes, sobre todo a largo plazo. Para la configuración de estas estrategias se puede recurrir al asesoramiento e, incluso, a una gestión delegada de carteras que asegure diversificación y seguimiento en busca de consolidar y hacer crecer la rentabilidad.
Cualquier principiante que se adentra por primera vez en el vasto mundo de la inversión suele descubrir enseguida que hay un enorme abanico de posibilidades disponibles. Desde la inversión pasiva, pasando por los dividendos o el trading, hasta la táctica del Buy and Hold… y mil variantes más.
Otro de los primeros aprendizajes es que no existe una fórmula mágica al gestionar las inversiones, cada una tiene sus pros y sus contras; la clave reside en dar con la que se ajusta mejor a cada perfil. Éste, a su vez, depende de la capacidad financiera, del tiempo que dure la operación, de la aversión al riesgo, de la expectativa de beneficios, del conocimiento de los mercados que se tenga, etc. Considerando todos esos aspectos generales, exponemos cinco estrategias financieras para pequeños inversores.
¿Qué es una estrategia financiera?
Efectivamente, existen multitud de estrategias financieras también para los particulares con una capacidad inversora media o baja. En general, se trata de tener una serie de normas y pautas orientadas a saber cómo actuar en cada momento. De esa manera será posible crear una cartera de productos financieros acorde con los objetivos marcados, así como con el grado de riesgo asumible en cada caso.
Estrategias financieras para pequeños inversores
Teniendo en cuenta que, además de esos dos factores, como ya hemos apuntado, también hay otros que varían según la persona -voluntad de permanencia en el tiempo, músculo financiero, disponibilidad para hacer seguimiento de las inversiones, etc.-, aquí proponemos varias estrategias financieras para pequeños inversores que pueden encajar en diversos perfiles.
Fondos indexados, ¿quién vence al mercado a largo plazo?
De entrada, hay que tener presente que, al menos en cuanto a planteamiento, no en términos cuantitativos, las estrategias financieras de los pequeños inversores pueden ser similares a las que desarrollan los grandes inversores. El hecho de realizar operaciones más modestas no implica forzosamente que los primeros vayan a hacerlo peor. De hecho, hay estadísticas que, sin distinguir la potencia inversora, señalan que más del 90% de los que intentan batir al mercado fracasan y terminan obteniendo menor rentabilidad. Entonces, ¿por qué no simplemente copiar el rendimiento de aquél? ¿Cómo? Con los fondos indexados, una opción buena para el pequeño inversor.
Cabe recordar que estos vehículos, que son fondos que replican el comportamiento de un índice (IBEX 35, S&P 500, Eurostoxx 50, etc.), cuentan con las siguientes ventajas:
- Inversión mínima poco cuantiosa, 1.000 euros o incluso menos.
- Comisiones bajas, por lo que se maximiza la rentabilidad.
- De manejo sencillo, ya que la gestión puede ser delegada, evitándole así trabajo al inversor.
- Rentabilidad media elevada, aspirando a igualar al mercado.
- Cabe la posibilidad de hacer aportaciones periódicas y que se convierta en una táctica mecánica, sin que haga falta hacer seguimiento.
- Una alta diversificación -clave permanente para minimizar los riesgos de cualquier apuesta inversora-, al incluir acciones de cientos de empresas que operan en todo el mundo.
Buy & Hold: comprar títulos y mantener posiciones
Al igual que en el caso anterior, el largo plazo se sitúa también como un poderoso aliado para los pequeños inversores en el Buy & Hold. Se trata de una política de lo más sencilla: consiste en adquirir acciones y sostener la inversión en el tiempo.
Apostar por valores de baja volatilidad
Las variaciones en el rendimiento de un título o un fondo en relación a su media histórica ofrecen una fotografía de la volatilidad de ese valor. Por ello, obviamente, cuanto menor sea ésta, la estabilidad será mayor y, al mismo tiempo, también la rentabilidad. De nuevo, el largo plazo puede hacer que esta estrategia financiera para pequeños inversores sea más efectiva, siendo, en este sentido, una filosofía parecida a la que aplican los endowments.
Invertir en dividendos
Se trata igualmente de una opción relativamente sencilla para el pequeño inversor. El objetivo es dar con valores que proporcionen ganancias, que presenten una volatilidad bajo control y que tengan una política de dividendos sostenida en el tiempo. Para potenciar aún más esta estrategia financiera para pequeños inversores, lo ideal es apoyarse en el interés compuesto. ¿De qué forma? Reinvirtiendo los dividendos.
Empresas pequeñas para inversores pequeños
Los grandes nombres, las compañías de mayor tamaño, siempre llaman la atención de los inversores. Sin embargo, existe la posibilidad de dejar a un lado los circuitos más típicos y apostar por las Small Caps. Se trata de empresas de baja capitalización que pueden presentar un fuerte potencial de crecimiento.
Consejos para el pequeño inversor
Para finalizar, ofrecemos unas recomendaciones generales relacionadas con las opciones de inversión para los pequeños inversores.
- Simplicidad. La inversión no tiene que ser algo difícil per se. Tiende a pensarse que, cuanto más complejo sea un producto, mejor. Sin embargo, está demostrado que en muchos casos es al revés: cuanto más simple es la apuesta inversora, mejores resultados.
- Largo plazo. Las inversiones a corto plazo son volátiles. Por ello, resulta aconsejable operar con un horizonte temporal extenso, aportando periódicamente con vistas a los próximos cinco o diez años… o más.
- Control de los costes y la fiscalidad. No podemos saber siempre las rentabilidades futuras de nuestras inversiones. Lo que sí conocemos, desde el principio, son los gastos, los cuales pueden ser el principal lastre al hacer cuentas. Es importante prestar mucha atención a los costes de compraventa y de gestión, así como a los impuestos asociados a cada forma de inversión: por ejemplo, no es lo mismo invertir en dividendos que en planes de pensiones.
- Parálisis por análisis. Lo deseable es iniciarse en alguna inversión sencilla para ir formándose con la práctica, sin temor. Empezar poco a poco, con cantidades pequeñas y siendo plenamente consciente de que no se está atado para siempre, sino que, a lo largo de la vida inversora, se irán probando distintas tácticas y se irán descubriendo cuál se ajusta más a los objetivos vitales de cada uno. Esa mentalidad resulta útil para quitarse presión en las decisiones: es decir, elegir las inversiones como una forma real y práctica de aprendizaje para operaciones futuras de mayor calado.