Las siete tendencias en sostenibilidad empresarial para 2024, según la ONU
La cadena de valor, la transparencia, la colaboración público-privada, las nuevas normativas en sostenibilidad o hacer negocios en un entorno incierto, entre otros, son algunos de los factores clave este año para la Organización de Naciones Unidas, en el entorno empresarial.
¿Qué nos deparará 2024? ¿Cuáles son las claves de un año que, si bien ya cuenta con semanas de recorrido, aún tiene por delante diez meses? De entrada, en términos globales, hay dos aspectos fundamentales: la guerra —las guerras, lamentablemente— y la inflación.
Así, destacan los conflictos armados en Ucrania —que ya supera los dos años de duración— y en Oriente Medio, con el sangriento enfrentamiento entre Israel y Gaza —cuya cifra de víctimas militares, y sobre todo de civiles, no para de crecer— como centro de las operaciones. Además de la inaceptable pérdida de vidas humanas, que evidentemente es la cuestión principal, las derivadas económicas y empresariales de estas guerras son considerables.
Inflación y tipos de interés
Mientras, el auge de los precios, así como las medidas para controlarlo, representan otro de los factores relevantes en el ejercicio actual. No todo está en manos de los bancos centrales, que sin duda tienen margen de maniobra, pero la incertidumbre no deja de estar siempre presente. Por ejemplo, un factor como las variaciones en el precio del petróleo. En el impulso desinflacionista, no hay que dejar de tener en cuenta que los tipos de interés se sitúan en máximos de los últimos 15 años.
De forma más concreta, la economía nacional se halla ahora mismo en un proceso de desaceleración, a pesar de que hay buenas noticias, tales como la reducción de los precios en el ámbito de la energía, la evolución positiva de la renta disponible o que España batiera su récord histórico de visitantes en 2023, entre otras.
Tendencias en sostenibilidad empresarial para 2024
En este contexto, ¿cómo se presenta el año para las empresas? ¿Qué posibilidades hay de crecer en el presente sin comprometer las necesidades futuras? Pues bien, la ONU fija las siguientes siete tendencias en sostenibilidad empresarial para 2024.
Hacer negocios en un entorno incierto
Desde esta organización supranacional, subrayan que “2024 será el año para que las empresas tomen acciones definitivas para aterrizar su modelo de futuro y convertir a la sostenibilidad en protagonista de la toma de decisiones”. Todo ello, coinciden, en un escenario de inflación y de posibles crisis energéticas, pero también en una realidad cambiante debido a la aceleración implacable de los avances tecnológicos. Ante esta tesitura, la ONU recomienda a las empresas apostar por una visión ética, en lugar de una simple búsqueda de beneficios; aceptar una perspectiva a largo plazo y sostenible que beneficie a la sociedad, al medio ambiente y a la economía en general, en vez de una óptica reducida en el tiempo.
Despliegue normativo
Además de las leyes nacionales que continúan saliendo adelante en materia de igualdad, que siempre tienen reflejo en el mundo empresarial, la ONU recuerda que está prevista la aprobación de la nueva directiva de derechos humanos. Al igual que en el caso anterior, los negocios no serán ajenos al nuevo contexto que esta normativa abrirá.
Foco en la rendición de cuentas
Este tercer punto se resume en un concepto: transparencia empresarial frente a la sociedad, los inversores y los trabajadores. Por supuesto, también en el cumplimiento de la legalidad vigente.
Participación positiva de las empresas en los ecosistemas públicos
La colaboración público-privada es probablemente la fórmula que mayores beneficios ha reportado a la sociedad en las últimas décadas. Aunque al modelo le queda aún mucho recorrido. En la ONU lo tienen claro: “La adopción de medidas que faciliten el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la eliminación de obstáculos para lograr resultados sostenibles tiene que formar parte de la agenda interna, pero también externa de los agentes empresariales. El sector privado debe asumir su papel como actor clave en la construcción de mercados y economías resilientes que respalden el desarrollo sostenible e impulsen los derechos humanos”, añaden.
Fijación de objetivos cuantificables
La organización internacional de mayor relevancia marca cinco campos clave en este sentido, así como el establecimiento de objetivos y la puesta en marcha de acciones que sean medibles: la inversión sostenible —por ejemplo, la financiación verde—, la igualdad de género, la resiliencia hídrica, la acción climática y los salarios dignos.
Transformación del sistema financiero
Todavía resuenan los ecos de 2023 que señalan el camino hacia una transformación del sistema financiero mundial (más allá de las bancas nacionales más o menos asentadas en los distintos países). Se trata de considerar la transición energética, la adaptación climática o la lucha contra las desigualdades.
Cadena de valor sostenible
En último lugar, la ONU pone el foco sobre la gestión de riesgos ante la interrupción de suministros y sobre los progresos logrados en este campo por las medianas empresas, como punto de apoyo para conseguir una cadena de valor sostenible.
En definitiva, ante la incertidumbre, ante las amenazas, ante las posibles sombras, tanto desde la ONU como desde otras instituciones, la propuesta de solución es nítida: sostenibilidad empresarial.