Panorama más despejado y expectativas algo más ambiciosas para la renta variable
A finales del pasado año nos preguntábamos si estaba justificado el optimismo para la renta variable. Cuando está a punto de cerrarse el primer trimestre del nuevo año, habría que destacar que el panorama se ha despejado y sí cabrían unas expectativas más ambiciosas para los activos de renta variable.
Desde hace meses venimos destacando, aunque con diferencias entre Estados Unidos y Europa, la sorprendente resiliencia del actual ciclo económico, refrendada recientemente por datos de consumo, mercado laboral que no cae de forma significativa, y por la mejora de las perspectivas de los resultados empresariales. Tras el fin de la temporada de resultados pertenecientes al último trimestre del año, las compañías han tenido, en general, un comportamiento mejor del esperado, con un crecimiento superior al 8 por ciento en términos interanuales. A este impulso han contribuido, sobre todo, las grandes compañías tecnológicas, con Nvidia como estrella.
El último House View de Banca March publicado, destaca en este sentido que estos factores permiten considerar cotas más ambiciosas para la renta variable, siempre dentro de la prudencia y cautela. El inicio de año ha sido bueno, con una renta variable avanzando firme a nivel global impulsada, principalmente, por los sectores de tecnología y telecomunicaciones, así como por el financiero.
Concentración de las subidas
Cabe destacar que estos avances, hasta ahora, han tenido como característica la concentración, con pocas empresas acaparando las mejoras. Este fenómeno se ha hecho especialmente notable en Europa, con cuatro empresas –ASML, Novo Nordisk, SAP y LVMH– que aportan la mitad de la rentabilidad total a pesar de suponer menos de un 10% del índice. En Estados Unidos, las grandes tecnológicas tuvieron un 2023 con ganancias que supusieron alrededor de dos tercios de la rentabilidad del S&P 500.
Para el 2024, si se confirma la desaceleración económica lenta y controlada que daría lugar a un ‘aterrizaje suave de la economía’ —Estados Unidos terminó 2023 con un crecimiento del PIB del 2,5%, y otros países como Reino Unido, Alemania y Japón, aunque con decrecimiento, tienen una recesión que es más aparente que real—, algunos nuevos sectores, actualmente más penalizados, podrían comenzar a recuperar valoración, fruto de la convergencia de beneficios. Esa buena evolución de las previsiones de beneficios permitiría mejorar a su vez las estimaciones para la renta variable en 2024.
En este sentido, ante la situación de los actuales niveles de valoración y la prima de riesgo de la renta variable en mínimos desde 2002, y con tipos tipos de interés más altos de los últimos 15 años, el equipo de Estrategia de Banca March viene recomendando en las últimas semanas “permanecer invertidos con cautela y sin perseguir los índices, y tratar de encontrar oportunidades en compañías y fondos fuera del universo de las ‘megacaps’, sobre todo para capturar el potencial de esa parte del mercado que es cíclica, está más barata y que se ha quedado detrás de los índices”.
El sector de la tecnología, motor que impulsa revisiones al alza
Analizando las perspectivas por sectores, claramente la tecnología se sitúa como principal foco de atención y líder en cuanto a las revisiones al alza de las previsiones. El impulso de la inteligencia artificial, junto con los buenos resultados del último trimestre de 2023, sustentan el atractivo para las inversiones en este sector, que incluso ha superado el escollo de los tipos altos de interés. Por tanto, desde Banca March se favorece el sector de tecnología, con apuesta sub-sectorial por el componente físico de la computación, el software y la ciberseguridad.
Otros sectores que también podrían tener revisiones al alza, por la relación e influencia también de la tecnología, son los de consumo o redes sociales (sector telecomunicaciones), mientras que en el lado contrario se situarían las industrias ligadas a materias primas, más penalizadas en el contexto de un mundo con crecimientos bajos.
El sector salud sigue siendo defensivo
Entre los sectores defensivos se mantiene el de salud, aunque ya con un comportamiento no tan extraordinario. Sigue subiendo al mismo ritmo que el índice y cuenta con unas expectativas de mejora de beneficios gracias a nuevos productos que se lanzarán al mercado.
En el lado contrario, las compañías del sector inmobiliario pasan por un momento complicado, sobre todo, por el encarecimiento de los costes financieros. Podrían tener mayor atractivo las inversiones en activos inmobiliarios relacionados con el sector logístico y centros de datos, en el ámbito comercial, y en viviendas para estudiantes y mayores, en el residencial. El castigo al sector inmobiliario ha propiciado que las valoraciones, actualmente, estén en niveles bajos. El próximo proceso de bajada de tipos de interés debería contribuir a revertir la situación.
Por último, cabe mencionar que Estados Unidos afronta un año electoral, en el que las intenciones y promesas de los candidatos pueden influir en los mercados y generar cierta volatilidad. En el histórico, el índice S&P 500 ha tenido evolución positiva en situaciones similares, pero no hay una tendencia clara a nivel sectorial, con importantes áreas de actividad económica como las energías limpias y petróleo y gas que pueden verse afectadas.